martes, 25 de noviembre de 2014

"He’s very dreamy, but he’s not the sun. You are the sun."

En algo debo haberme equivocado,  lo se, pero no puedo derminar donde, en que momento de mi vida empecé a hacer las cosas mal.

Quizás no, quizás solo nací así,  defectuosa de fábrica.

Ya no se cómo explicar todas estas ausencias y todos estos errores. Como es que no logro compenetrarme con alguien,  porque no logro confiar. Y cuándo finalmente lo logro algo pasa y se van, me llaman la peor y me dejan aquí con todas estas dudas, preguntándome como es que me equivoqué de nuevo, en que momento hice algo mal... otra vez.

Como fue que cuando el día merece ser celebrado, la felicidad se evapora rápido y termino en mi cama, con algún capítulo de friends pensando en si algún día tendré amigos de verdad. Y cuando el día es gris, la pena agobia y lo único que hace falta es un abrazo sostenedor,  una sonrisa y un "estará bien"... y... nadie alrededor; sólo el Otto, feliz de verme siempre, siempre dispuesto a acostarse conmigo a ver nada en la tv.
Cómo pasó ésto? Cómo terminé sólo con un par de "amigos" al alcance de un teléfono, pero al otro lado del mundo en realidad.

Como es que logré vivir en una isla, en esta maldita ciudad sobrepoblada.


Esta total falta de distracciones me asegura -de cierta forma- alcanzar mis sueños, pero no logro evitar preguntarme si valdrá la pena, si eso me hará finalmente feliz.

1 comentario:

Pame dijo...

tienes prohibido leer libros Murakami por ahora.
(me pone triste leerte y saber que estoy también del otro lado de la pantalla)


te adoro