jueves, 20 de noviembre de 2014

Levantando escudos

A sabiendas que no es la mejor opción.
Siendo noviembre y con el peso del año a cuestas.
Con ese cansancio que hasta el pelo pesa.

Decido -muy conciente del error- levantar los escudos y reconstruir las paredes. Y es que ya no quedan fuerzas suficientes como para aguantar indemne más fracasos, ya no quedan fuerzas para aguantar para más ausencias, ya no quedan fuerzas para mas desilusiones.
Y es que ya no puedo siquiera pararme frente a ti con la pena atorada en la garganta y rogarte por ese abrazo que quizás me salve; ya no puedo siquiera pararme frente a ti y llorar hasta que todo acabe.
Porque ya no se como hacer para desdibujar esta sonrisa poco real de mi cara.
Ya no se como vivir de nuevo.

-temo morir envidiando las relaciones personales del resto y llegar hasta el fin del mundo sin un abrazo, sin esa calidez de otro ser humano-

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