Ese horrible día en el que sólo necesitaba un consuelo y recibí solo pésames.

(Y gracias a todos esos pésames porque me hicieron caminar con más fuerza y aferrarme más a mi sueño)

- Tu veneno sólo me hace más fuerte, ya no me entran balas -

Ven y abrazame, hace frío aquí

Que le he hecho a la vida?

Y hoy, con el mesón lleno de conos y cemento hasta en las pestañas. Pensando en cómo odio esta especialidad.
Me abría un poco a una desconocida,  que con los días se ganó mi confianza, espero no equivocarme -de nuevo-. Le explicaba la falta de gente real que sentía en éstas cuatro paredes, como no logré hacer amigos que valgan en ésta  "la mejor etapa de tu vida".
Cómo aquí todo es un negocio,  como día a día me las arreglo para respirar sin ayuda.

Y es que aunque los creí mis amigos, ya no lo siento así. Cuando los he necesitado en serio ni sus espaldas vi. Y cada día se hace más pesado sin un abrazo en el alma, sin un roce en la piel, y es que aunque les guste decir que no tengo corazón,  si lo tengo,  cada día más frío y la piel, cada día menos mía,  porque no tengo humanos a mi alrededor que me recuerden lo que se siente sentir.

Sin embargo,  sus ausencias ya no me duelen, ya no me quitan el sueño, porque ya no los espero más, porque ya se que no van a llegar. Porque ya se que la vida es esto y no aspiro a nada más.

Mientras menos contacto humano tenga, más fácil es triunfar en esta casa de torturas. Porque tuve que levantarme sola, y esta noche se celebra sola. (Al menos de soledad ya no muero).